sábado, 19 de noviembre de 2011
El tarot como medio de adivinación y autoconocimiento
Percepción particular
Al tarot se le puede dar una interpretación transitoria, pues las cartas irán variando según se muevan los acontecimientos, la energía que en ese momento proyecte la persona y la visión que obtenga el tarotista.
El futuro está en continuo movimiento, cualquier factor puede crear nuevas líneas de acción. Pero, hay que tener en cuenta que, la aparición repetidas veces de las mismas cartas, indica una pauta de comportamiento que no se varía, un suceso que tendrá lugar al no cambiar un hábito beneficioso, o por el contrario, contradictorio.
Como medio de adivinación y consejo, las cartas pueden ser muy positivas, ya que alteran nuestra percepción de situaciones y hacen que la mente obtenga diferentes vías de resolución a problemas y situaciones.
Sin embargo, puede crear cierta dependencia y distorsionar por completo la manera de actuar o enfocar la vida cotidiana.
También puede enseñarnos el tarot, ha conocernos a nosotros mismos, a despertar la intuición y a corregir errores de comportamientos.
Es una buena terapia psicológica a nivel personal, pues los ARCANOS MAYORES representan arquetipos humanos que todos llevamos dentro, estudiarlos y conocerlos a través de estas cartas, puede abrir muchas puertas a soluciones de carácter personal y mover una energía, que sin viciarla, resulta beneficiosa.
Particularmente pienso que el tarot tiene muchas utilidades, no solo la pura adivinación, “¿me saldrá novio?, ¿me tocará la lotería?, ¿morirá alguien de mi familia?”
Utilizar las cartas con responsabilidad, juicio y serenidad, es como entrar en contacto con un canal de comunicación diferente; las cartas hablan y sus dibujos, símbolos y números nos mandan mensajes muy complejos.
Es enriquecedor aprender de ellas, aprender a oír la voz interior que dormita en nosotros y rara vez le hacemos caso, es la intuición y el conocimiento supremo del que disponemos, que la mayoría de los casos es más positivo, juicioso y libre que la mente torturada con sus continuos problemas.
Aunque yo nunca descartaría la analítica mente que calcula y piensa con lógica, que nos ata al mundo real y, afortunadamente, nos devuelve el raciocinio cuando tendemos a fantasear.