Para preparar esta agua
sanadora, cuelga un pedazo limpio y purificado de drusa de amatista sobre una
vasija de agua de manantial hirviendo, de forma que el vapor se condense sobre
los cristales de la piedra y gotee sobre la vasija.
Después de media hora, apaga
el fuego para que el agua se enfríe poco a poco. Una vez que el agua se sienta
tibia al tacto, coloca la drusa de amatista dentro del agua hasta que llegue a
temperatura ambiente.
Esta agua es muy suave, con
acción limpiadora y muy buena para tratar la piel. Se puede utilizar en la
higiene personal sin necesidad de añadir jabón o cualquier otro agente
cosmético o que contenga alcohol.
Sanación con piedras
Un efecto ligeramente más
débil se obtiene cuando los cristales se colocan dentro de la boca. Mientras
los cristales tienen un efecto local en la boca, dientes y membranas mucosas,
etc., se crea un tipo de esencia de gemas a través de la transferencia de
información a la saliva que tiene un efecto sanador en todo el cuerpo.
Deben evitarse cristales
tóxicos y solo aplicar este tipo de procedimiento con cristales apropiados,
mayormente piedras rodadas con formas suaves y lisas.
Y nunca se debe ingerir
minerales pulverizados.
(Michael Gienger)