TRADICIÓN DE BRUJAS, LA MAGIA DE LA DIOSA

jueves, 6 de marzo de 2008

Toda mujer es una diosa


Toda mujer es una diosa, quien diga lo contrario peca de ingenuo, toda mujer está dotada para crear maravillas, para obrar milagros, para inducir al amor, para soportar castigos, proteger a los indefensos, para alentar a los inocentes.
Toda mujer es un ser superior reencarnada en la Naturaleza, un ser puro y mágico que debería preservar sus necesidades y anhelos.
Toda mujer debería sentirse como una diosa y sacar de su interior ese don que todas poseemos, descubrir sus virtudes y sentirse pletórica de la vida.

En la mitología celta, la diosa Dana o Anu, era la Gran Diosa Madre, era la floreciente fertilidad, la Madre de todos los dioses y formaba una trinidad, era la protectora del ganado, de la salud, de la prosperidad. Era una diosa lunar y los ríos y pozos estaban bajo su protección. A ella se apelaba para que concediera abundancia, sabiduría y comodidad.

¿Acaso no busca el bebe la abundancia de sus pechos para amamantarse, no son las madres las más sabias?
¿No busca el hombre la comodidad de tener una mujer a su lado?
Todas tenemos algo de Dana en nuestro interior.

Este es su mensaje:
“Tu sabiduría se extiende hasta los confines de épocas antiguas. Has traído este conocimiento hasta tu encarnación actual, mostrando el camino a otros para que se beneficien de tus experiencias. No demores la expresión de esta sabiduría. Te asistiré en plataformas para manifestar tus enseñanzas espirituales, sea mediante ejemplo, la escritura o el discurso. Todas las formas de enseñanzas son igualmente valiosas, sin importar a cuantas vidas alcances.”
(Las cartas del oráculo de las Diosas; D. Virtud)